Reseña de "Bohemian rhapsody" (2018) de Bryan Singer



HEEEE HOOOO!!!! HEEEEEEEEEEEE HOOOOOOOOOOO!!!!!!! ALL RIGHT!!!!

No podría haber empezado esta reseña de otra manera que no fuese con el grito que Freddie Mercury alzaba al viento en sus actuaciones. Esta película es un concierto en toda regla, sensación que no desapareció en ningún momento mientras la estaba viendo en el cine.

"Bohemian rhapsody" es un brillante homenaje a la música de la banda británica de rock, Queen, pero muy especialmente a su vocalista, Freddie Mercury. Todo un recorrido sobre cómo se creó el grupo que cosechó tantísimos éxitos en la década de los años 70 y 80, como la canción que da título a la película u otros temas. Aquellos inicios en lo que pocos apostaban por ellos por considerarles algo extravagantes hasta que cerraron muchas bocas.


A día de hoy, ya es el biopic musical más taquillero de la historia y no es para menos. Miles y miles de personas han acudido en masa a verla a su cine más cercano. En mi caso, he ido hasta dos veces con muy poco espacio de tiempo entre una y otra. ¿Volvería a verla? ¡Por supuesto que sí! No sería la primera vez que vería la misma película tres veces en una sala de cine y esta merecería tal honor.

La interpretación de Rami Malek es sencillamente única. Los hay quiénes dicen que no se parece en nada al personaje real físicamente hablando, pero en este caso y en mi humilde opinión, eso es lo de menos porque por momentos incluso te olvidas de que estamos viendo a Rami Malek. Sus gestos, sus andares tan caracteríscticos al moverse por el escenario, cómo sujetaba el micrófono, la misma fuerza que transmitía en cada estrofa...



Un 10 inmenso. Es un clarísimo y digno merecedor de una nominación al Oscar al Mejor Actor por saber meterse en la piel de un mito de la música, tanto a nivel artístico como emocional. Por lo pronto, ya ha sido nominado a un Globo de Oro al Mejor Actor de Drama, entre otros. Tendrá fuertes competidores, obviamente, como es el caso de Bradley Cooper por "Ha nacido una estrella" en la misma categoría, pero la realidad es la que es.

Creo sinceramente que, allá dónde esté en el cielo Freddie Mercury, puede sentirse bien orgulloso de cómo ha clavado su actuación y con el respeto que lo ha hecho.


Pero no sólo su protagonista está a la altura de lo que se espera siempre en un biopic, pues el resto del reparto realizan unas interpretaciones muchísimo más que decentes. Como es el caso de Gwilym Lee, el actor que da vida al guitarrista Brian May y que es un calco total del auténtico. Muchos han sido los que ya han destacado su asombroso parecido físico.


También sucede lo mismo con Ben Hardy y Joseph Mazzello, en la piel del batería Roger Taylor y el bajista John Deacon respectivamente. Los cuatro forman a la perfección la icónica banda de rock que tan buenos éxitos cosechó gracias a sus temazos. Así como también la actriz Lucy Boynton, quién da vida a Mary Austin, la única mujer en la vida de Freddie Mercury y quién fue su mejor amiga hasta sus últimos días.




Los últimos 20 minutos en el concierto del Live Aid en el estadio de Wembley son indescriptibles cantando "Bohemian rhapsody" o "We are the champions" con la que solté unos lagrimones enormes, una canción que llevo escuchando desde que tengo uso de razón y que me pone un nudo en la garganta muy difícil de tragar.



Pero si de algo se ha hablado muchísimo desde que se estrenó, ha sido del baile de fechas reales en cuanto a los acontecimientos de la película, pero muy especialmente, de su trama tan edulcorada. Freddie Mercury era homosexual y eso dejó de ser un secreto hace muchos años, pero no por ello se debía abusar de tal hecho en la historia de la película.

Decenas de artículos han pasado por mis ojos en los que acusan a "Bohemian rhapsody" de no mostrar el estilo de vida que llevaba el cantante en sus fiestas, exceso de alcohol y drogas... Lo mismo ocurre con la grave enfermedad que acabó con su vida. Por desgracia, vivimos en un mundo en el que si no se muestran escándalos, todo parece carecer de valor. Y ahí es dónde radica el sentimiento de esta película, pues no abusa de esos famosos escándalos y se centra única y exclusivamente en la música, en que todos recordemos cómo era Freddie Mercury y su magnífica voz, más allá de su vida personal.

Si por algo me ha marcado esta película, ha sido por 3 motivos: 1, por hacerme sentir parte de ese gran concierto que tuvo lugar en 1985; 2, por percibir la misma emoción en el público que la estaba viendo conmigo y que al acabar, aplaudió lo más grande, algo que JAMÁS había experimentado en el cine; y 3, porque no recordaba ver la sala a rebosar de gente desde hacía muchísimos años.


En conclusión, un biopic ESPECTACULAR que te hará reír y llorar de felicidad. No importa que seáis fan del grupo o no, te llegará al corazón. ID A VERLA YA

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